Durante el viaje nos rodean "modelos" anónimos que, a veces, se mantienen casi inmóviles durante períodos de tiempo razonablemente dilatados para observarlos y dibujarlos; pero también sentimos cierta premura, favoreciendo así el dibujo fresco, natural, exento de detalles superfluos. Además se desarrolla la capacidad de retentiva, la cual entraña serias dificultades al principio, aunque, después de mucho ejercitarse, se descubre que es una de las habilidades que más satisfacción proporciona. Por todo ello y gracias a la práctica continua y gustosa, se adquirirá la capacidad de plasmar multitud de caracteres y personalidades, los cuales se incorporarán a nuestro imaginario para nutrir nuestra creatividad.
Estos son algunos ajemplos de ilustradores profesionales: